A pesar de haber estudiado hasta recibir un diploma, untado hasta la coronilla de chocolate y haberme quemado terriblemente, soy un repostero perverso, el peor que conozco. Otra cosa es que ame lo que suene a calorías bien ganadas con tortas, pasteles, galletas, bizcochos, chocolates, helados, arequipe, crema inglesa, pionono, frutas caladas, cristalizadas, obleas, rollos, […]
He sido un glotón incorregible desde que me acuerdo. Me tocó la creación de muchos negocios de comida que llegaron a la ciudad por los setentas. Hice fila en Mimos a una cuadra de la 70, en donde conocimos los conos de máquina con cubierta de chocolate. A escasos metros de ahí probé las primeras […]