VIVIR JUNTOS EN TIEMPOS DE CUARENTENA

vivir-juntos-en-tiempos-de-cuarentena

No tenemos tiempo para compartir con nuestras familias. Esta es una queja recurrente que tenemos los seres humanos y que a veces nos cuesta resolver. Estamos siempre apurados y de afán durante la semana ya que tenemos que cumplir con las actividades laborales y académicas y durante los fines de semana los compromisos con los amigos y conocidos también se llevan gran parte del tiempo restante.

El 31 de diciembre y como parte de los compromisos para el año nuevo, posiblemente nos hayamos puesto la tarea de compartir más con la familia. Sacar tiempo para estar con los padres, tener espacios con los hermanos y pasar más horas en casa conversando, escuchando y compartiendo, pueden ser algunas de las líneas que ese día en medio de la emoción, plasmamos en un papel.

Sin embargo el año comienza a correr y los agites y afanes se vuelven de nuevo lo común. Madrugar al colegio o al trabajo, estar en función de las labores del hogar y hacerse cargo de miles de tareas, van haciendo que el tiempo se limite y se comprima. Las buenas intenciones y los buenos deseos de final de año, comienzan a aplazarse y a verse de nuevo como algo a realizar en el futuro.

Con la cuarentena obligatoria que hoy vivimos, algo de lo anterior se hizo realidad. Los niños y adolescentes debían quedarse en casa así que los colegios y universidades tuvieron que hacer uso de las plataformas virtuales. De otro lado muchas labores se comenzaron a realizar a través de teletrabajo y otras más tuvieron que detenerse por completo y no hubo otra alternativa que permanecer dentro del hogar. A los que poco veíamos en semana, ahora los vemos de día y de noche: en el desayuno, al medio día y al final de la jornada; en la cocina, en el cuarto y en el balcón. Para bien o para mal, esa es la realidad que hoy vivimos.

El virus no sólo está afuera

El miedo y la angustia ligada al Coronavirus son entendibles. La sensación de desprotección, desvalimiento y vulnerabilidad, nos mueven la vida y nos ponen en el límite. La información constante y desbordada, los datos sobre otros países y la incertidumbre de lo que puede ocurrirnos, nos provocan múltiples reacciones. Aunque puede parecer exagerado, hay personas a las cuales estos días les han disparado respuestas desbordadas de cuadros ansiosos, depresivos y otros más. Frente a estas situaciones y frente al malestar y a la inquietud que aparece, no habría nada mejor que casa.

Estar cerca de la familia y tener al lado a las personas que hacen que nos sintamos en un lugar seguro en la vida, puede ayudar a que estas sensaciones angustiantes disminuyan y se limiten. El entorno familiar ha de ser un factor protector y hoy en medio de esta situación tan compleja, tener cerca a los integrantes de nuestra familia y compartir con ellos habría de ser un factor protector y una alternativa inmensa para vivir más tranquilos esta situación.

Es natural que la interacción diaria y permanente con esos otros con los que se vive, genere conflictos y dificultades. Los roces en estas semanas pueden tender a incrementarse y las pequeñas discusiones que en otros casos se resolverían fácil, pueden tomar matices más fuertes. Sin embargo, se espera que este malestar que es producto de la continua interacción, se resuelva pronto y no genere mayores dificultades. La violencia, la agresión, el golpe y el maltrato no tendrían por qué ser la salida a ningún conflicto que se presente dentro de la familia y serían la conversación, el diálogo y la concertación, las mejores rutas para hacer de estos momentos, algo más posible.

Sin embargo, el virus no sólo está afuera y no sólo es un asunto que implica lo físico y lo biológico. El virus también “está adentro”, es decir, dentro de las relaciones intrafamiliares que se tornan violentas y nocivas. Este es un tiempo crítico para los vínculos entre las personas que conviven dentro de los mismos espacios y puede ser incluso más complejo vivir dentro del techo y las paredes de la casa, que estar expuesto a contraer alguna enfermedad afuera de la misma.

Cuidemos la vida

Durante estas semanas algunas personas me han escrito manifestándome su preocupación por los conflictos que viven dentro de sus entornos familiares. Asuntos que antes no se presentaban, hoy se detonan con facilidad. Aunque esto es incómodo, tiende a resolverse fácilmente y se esperaría que no sean más que unos momentos de tensión que rápidamente se integren a la vida familiar.

Lo que preocupa aún más que lo anterior, son los índices de violencia intrafamiliar que vienen en ascenso en las últimas semanas. Las violencias contra las mujeres, los abusos contra las personas vulnerables dentro de los hogares y los conflictos que se transforman en respuestas violentas tanto de parte de hombres como de mujeres, son otra expresión del virus. Estoy convencido que esto puede ser aún más terrible y catastrófico ya que en muchos casos es silencioso, deja huellas imborrables para la vida y se convierte en una tortura diaria que posiblemente no termine con la muerte física, pero sus secuelas se sentirán día a día.

Es el momento de hacer un llamado a la vida, a la construcción de formas posibles de relaciones entre las personas, al desarrollo de estrategias que permitan que nos cuidemos entre todos y que los espacios familiares, laborales y sociales, sean protectores y cuidadores. La vida familiar jamás será perfecta pero sí puede ser un entorno en donde nos cuidemos, nos respetemos, construyamos juntos y vivamos buscando el equilibrio y la armonía.

Vivir con otros en tiempos de cuarentena nos impone unos grandes retos y unas grandes preguntas. A pesar de las dificultades que tengamos durante estas semanas, vale la pena resolver los conflictos que tengan solución y trazar unas rutas a futuro que nos permitan luego de este momento tan complejo que vivimos, tejer formas más posibles para coexistir juntos. Estoy convencido que en lo individual y en lo colectivo esta gran crisis mundial, nos permitirá tener formas más adecuadas para construir la vida en común.

 

Juan Diego Tobón Lotero

psicologojuandiegotobon@gmail.com

whatsapp 3188936392


Compartir