Hablemos de otras cosas

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Nos hemos vuelto monotemáticos. Si hablamos del clima, del trabajo, de la vida familiar, del tráfico, de las noticias, de los fines de semana, de la comida y hasta de las mascotas, inevitablemente llegamos a un tema en particular: el coronavirus, el covid-19, la pandemia, la cuarentena y todo lo que tenga que ver con esto.

De día y de noche durante más de tres meses, hemos incluido en nuestras conversaciones y en nuestra cotidianeidad dichos asuntos. Por obvias razones hemos tenido que nombrarlos, hemos tenido que conocerlos y hemos tenido que compartirlos. Como ocurre con toda situación nueva y que impacta la vida, necesitamos incorporarla para entenderla y necesitamos volverla palabra para hacerla menos angustiante.

Sin embargo, llega un punto en el cual la redundancia se convierte en saturación y en donde el exceso de información y de conversación al respecto, comienza a generar malestar significativo y a afectar más que el mismo virus. Las noticias falsas, las cadenas en redes sociales y los contenidos permanentes y desbordados han creado un fenómeno que se ha denominado infodemia. Es tan complejo y delicado el virus, como la desinformación y el exceso de información ligado al mismo.

Aunque es necesario tener datos sobre el coronavirus y es importante estar al tanto de los datos relevantes, también es requerido tomar distancia y hacer algo de desintoxicación en torno a los contenidos múltiples que existen al respecto. Por supuesto que la vida nos cambió y que la existencia de este virus nos movió la realidad, pero es necesario disponer la energía psicológica en algo diferente a eso.

La vida es múltiple

El año pasado en un taller sobre el amor que realicé con una colega, hubo una metáfora que ella presentó y que puede ser muy clara para ilustrar lo que ocurre cuando ponemos el foco en una sola cosa y olvidamos el resto.

“Supongan ustedes que la vida es una torta y que la partimos en dos: el amor y el trabajo. ¿Qué pasa si perdemos el amor o el trabajo o incluso, si perdemos ambas al mismo tiempo? Nos quedamos sin la mitad o en su defecto, sin nada”. En el caso de las relaciones amorosas, hay personas que ponen su vida en función de su pareja. Sólo oyen, ven y sienten en torno a esta y el resto del mundo se pierde. Si la relación se termina, la vida parece venirse a pique.

Vale la pena hacer un ejercicio intencional en cualquier momento de la existencia, el cual tiene que ver con dividir “la torta de la vida” en un número amplio de pedazos. Familia, amigos, trabajo, pareja, actividad física, hobbies, descanso, momentos a solas, lectura, por citar algunos ejemplos. Si alguno de ellos desaparece, quedan los elementos restantes y la vida, aunque pierde algo de equilibrio, puede seguir adelante.

Con el tema del coronavirus pasa más o menos lo mismo: si lo volvemos el único tema dentro de nuestra realidad y llenamos con el mismo cada área de nuestra vida, le dejamos poco espacio al resto de los asuntos que son importantes y relevantes en el día a día. Disponer parte de nuestra energía en este tema es fundamental, pero también es necesario dejar espacio para otros asuntos.

La vida es múltiple y diversa y así como este tema hoy nos ocupa gran parte de nuestro panorama, luego se integrará como otro asunto más. Es importante no perder de vista la multiplicidad de elementos que componen la vida y darles la relevancia que se merecen, incluso, en tiempos de coronavirus.

Conversemos sobre la vida

Hace más de veinte años que realizo consulta psicológica individual. Casi en su totalidad, quienes me buscan lo hacen porque tienen una dificultad que necesitan resolver o un problema que se les salió de las manos. Líos amorosos, conflictos laborales, problemáticas ligadas con lo económico, alteraciones emocionales y muchos otros tantos asuntos los llevan a consulta.

A veces en medio de lágrimas, sollozos y lamentos, hablan de todo eso que les duele, de eso que les aqueja y de eso que los ha puesto a sufrir. Poner dichas situaciones en palabras es muy importante porque de entrada le comienza a quitar algo de energía a ese dolor que estaba contenido.

Como parte de la estrategia terapéutica, lentamente voy buscando que la persona, más allá de su dolor, de su problemática o de su angustia, pueda reconocer aquellas áreas de su vida que aún mantienen su equilibrio y que no han sido afectadas por la situación conflictiva. En muchos casos la sensación es de caos total y pareciera que la vida completa está patas arriba.

En medio de la dificultad y del dolor, busco que las personas hablen sobre la vida, se conecten con su realidad completa e integren la problemática dentro del resto de componentes que integran su realidad. A veces cuesta mucho hacerlo, pero es un camino posible de ser transitado.

En medio de la dificultad que hoy vivimos, es necesario seguir hablando sobre el amor, sobre la creatividad, sobre la familia, sobre el futuro y sobre la vida. Los seres humanos tenemos amplias capacidades de adaptación, de ajuste y de aprendizaje y este momento no es la excepción.

Hablar de otras cosas en este momento en particular, no implica negar lo que ocurre ni ocultar las dificultades que han aparecido producto de la pandemia. La intención es poder integrar todos los elementos vitales, reconocerlos como un conjunto en permanente interacción y desde allí poder potenciar lo que puede ser útil para seguir adelante y reducir los efectos negativos de aquello que nos limita.

Te invito para que con tus amigos, con tu familia y contigo mismo, hables de otras cosas, te conectes con la vida y sigas caminando. En medio de la angustia, la incertidumbre y las dificultades que hoy tenemos y que son reales, la vida puede ser faro, camino y horizonte. Tanto en lo individual como en lo colectivo, podremos salir adelante, aprender y seguir caminando. Esta es una opción y es una decisión personal que es posible tomar.

Juan Diego Tobón Lotero
psicologojuandiegotobon@gmail.com
Whatsapp 3188936392


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