Estás justo a tiempo

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Nada más objetivo y a la vez más subjetivo que el tiempo. Este puede medirse en segundos, minutos y horas y es claro que su cadencia marca el pasar de los años. Sus evidencias objetivas dentro del marco de vida de los seres humanos, son múltiples y enmarcan gran parte de nuestras actividades.

Pasarse un segundo entregando una licitación puede hacer que la misma se deseche. Pasarse un minuto en la entrega de un examen puede ocasionar que la nota se dé por perdida. Diez minutos tarde para el abordaje de un avión puede hacer la diferencia entre viajar y no viajar. Y todo ello son asuntos objetivos y evidencias que son contundentes.

Sin embargo, el tiempo en la vida de los seres humanos está cargado de subjetividad y rompe con la linealidad de lo que marcan los segundos, los minutos y las horas. Esperar una llamada, estar atento a la recepción de un mensaje, hacer fila en un banco, irse una semana de vacaciones, pasar una velada con los amigos o ver un partido del deporte que nos apasiona, son actividades atravesadas por la subjetividad y que pueden durar, psicológicamente hablando, mucho menos o mucho más tiempo del que cronológicamente marca el reloj.

Así como en lo cotidiano el tiempo es suficientemente relativo, también lo es el tiempo para la vida de las personas. Aunque nos han enseñado socialmente que hay un tiempo para cada cosa y que en cada momento vital hay unas expectativas que cumplir, el tiempo de cada persona es diferente.

A veces sufrimos por no cumplir con los tiempos establecidos y nos comparamos con los tiempos de los otros y entramos en crisis. El tiempo de cada uno, los logros, avances, hallazgos, pérdidas y conquistas de cada persona, hacen parte de su propia historia y tienen sentido en su realidad particular. Por eso vale la pena dejar de angustiarse por seguirle el hilo al tiempo teniendo como referentes, los tiempos de los otros.

Un amigo me compartió un texto bastante claro y que aborda lo que anteriormente aparece nombrado. Lo cito a continuación ya que son palabras contundentes y claras que le dan forma cotidiana a esta pregunta que en torno al tiempo tenemos los seres humanos.

«No pasa nada, así es la vida. Alguien se graduó a los 22 pero solo consiguió trabajo a los 27, alguien ya tenía un postgrado a los 25 pero murió a los 50. Mientras que otro se graduó a los 50 y vivió hasta los 90. Hay alguien que está todavía soltero mientras que otro que estudió en la secundaria con él, ya es abuelo.

Hay quienes tienen pareja y aman a otra, hay quienes se aman y no son nada. Obama se retiró a los 55 y Trump comenzó a los 70. Todos en este mundo viven de acuerdo a su propio tiempo. Las personas que te rodean pueden parecer ir delante de ti, y algunos parecen ir detrás de ti. Pero todos están corriendo su propia carrera en su propio tiempo. No los envidies, están en su vida y tú estás en la tuya. Así que, relájate. No has llegado tarde. No has llegado temprano. Estás justo a tiempo».


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