Se habla español

Se habla español. De las más de 6.000 lenguas que hay en el mundo, el español es la tercera más hablada. Lo dice el informe El español en el mundo, del Instituto Cervantes.
No sé bien qué pensar de ese dato. Que somos muchos, supongo. 585.807.086 de personas hablamos español en el mundo, que no significa que nos entendamos todos cuando hablamos. A mí, por ejemplo, me va mal con el parlache.
Somos más los hispanoparlantes que hace un par de años. Casi seis millones más. El crecimiento, dicen los investigadores, se debe a que hay un aumento demográfico en los países donde se habla español y, atención, en la comunidad hispanoamericana en Estados Unidos. Alguna vez estuve en Los Ángeles. Me gustó la retoma pacífica del territorio que antes fue México.
También lo están estudiando más: hay gente que quiere aprender a hablar en en esta lengua donde no es lo mismo ser que estar. Lo expuso mejor Mario Benedetti en poema.
Lo he dicho antes aquí, también. Tenemos un español empobrecido. Y no lo digo porque la Real Academia de la Lengua aún no incluya (y espero que aún se demore en hacerlo, con el perdón de gente que quiero, respeto y que tal vez me lee) palabras como amigue o vecine.
Lo digo porque usamos pocas palabras y no se trata de que prefiramos el necesario silencio o de que hablemos poco, sino porque nos sabemos poquísimas, casi siempre las mismas. Lo conté también alguna vez: dicen que Cervantes, para escribir el Quijote, necesitó alrededor de 23.000 palabras diferentes. Hoy en día, en promedio, usamos unas 5.000. Aprendí a repetir en el colegio, como una oración, las preposiciones una tras otra. Tal vez nunca he usado la cuarta de la lista: cabe.