Reafirmar

reafirmar

Ando dando vueltas por internet, pasando por periódicos, emisoras y revistas y voy y caigo en la cifra. El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) contabiliza 309 muertos en 77 masacres ocurridas hasta el 22 de noviembre de 2020. Suficiente para darnos cuenta de que va siendo hora de ampliar el espacio que le dimos al rojo en la bandera, me digo.

Entre noviembre de 2016 y noviembre de 2020, han sido asesinados 249 excombatientes de las Farc, firmantes del Acuerdo de Paz. Lo dice la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP.

¿Cómo vamos a salir de este desangre, de esta matanza que se parece tanto a las otras, a las de antes, a las que que no nos tocaron y a las que ya vivimos? 

Y sin embargo, el salvavidas está ahí. Lo arrojamos hace tiempo cuando ya lidiábamos —aún lo hacemos— con el naufragio. Pero qué manera de negarnos la posibilidad, entre entrampamientos, zancadillas, huidas, reincidencias y la calculada indolencia de quienes deberían velar por detener tanta sangre derramada.

Y sin embargo… Veo la foto de 12 excombatientes que se graduaron de bachillerato en Filipinas, Arauca, felices lanzando al aire su birrete. Leo que por primera vez desde que se puso en marcha, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas —que podría estar resignada a entregar los restos de aquellos a quienes se espera— encontró con vida al hermano que una hermana buscaba desde hace 35 años. Me encuentro con que abrieron el hotel Jardín de la Montaña en donde está el ETCR de Meseta, Meta. 

Me rearfirmo en aquel “sí” de hace cuatro años, en esa tabla de náufrago lanzada esperando que nos aferráramos a ella y no la soltáramos. Es posible, solo hay que evitar que la sigan haciendo trizas. 


Compartir