Ha muerto Quino

Ha muerto Joaquín Salvador Lavado. Ha muerto Quino. El hombre que le dio vida a Mafalda, sí, pero también quien supo explicar el mundo en blanco y negro. A veces sin tener que escribir una sola letra en sus tiras.
Crecí leyendo sus historietas. Fue una de esas cosas que nos legó mi papá, a quien acudía para que me explicara aquellas que no entendía. Leyéndolo aprendí a reírme de lo trágico y a entender el mundo a través de su mirada, que sigue tan vigente como nunca antes.
En alguna entrevista se definió a sí mismo como un amargado y un pesimista, “pero con una pizca de esperanza”, suficiente para hacer humor en medio del desasosiego. Desde 2006 no dibujaba ninguna tira, pero no deja de ser triste que el mundo se vaya quedando corto de genios en estos tiempos tan oscuros.
Mafalda ya lo había hecho eterno, pero su obra es más extensa. Voy a buscarlo allá, precisamente, en esas colecciones donde no aparece la niña contestataria. Me gusta mucho ese Quino, el que dibujó y se rió de la muerte, la vejez, los tabúes sexuales, la soledad y el temor por el futuro, que se convirtió en este presente aciago; el que sorteó la censura para denunciar la injusticia, el autoritarismo, la demagogia, la represión… Sus personajes, lo dijo cuando en España el franquismo vistió a Guille con los símbolos de la dictadura, “están a favor de la democracia y son, desde luego, antifascistas”.
Entre todas sus tiras me gusta mucho esa en la que una boca que nos va contando, cuadro a cuadro, cómo perdió su cuerpo y se quedó siendo eso solo, una boca suficiente “para esas tres cosas que nos permiten sobrevivir y que son: comer, no callarnos… y sonreír de vez en cuando”.
Foto principal: Getty Images.