El mundo que nos tocó en suerte

Me encontré, en una entrevista que le hicieron a George Bernard Shaw, una pregunta sobre la suerte de Inglaterra. “¿Empeorarán irremediablemente las cosas o conseguirá el viejo país “salir del paso”, como de costumbre?”, preguntó el periodista. Era 1931 e Inglaterra, parece, estaba en crisis.
“Hoy la pregunta es “¿saldrá al paso la civilización. Si el gran barco se hunde, Inglaterra se hundirá con él?”, le respondió Shaw. Y quizá siga siendo esa la gran pregunta. Lo digo porque acabo de encontrar este dato: 69.129 dosis de vacunas contra el covid caducaron en Cataluña a la espera de brazos para ser inoculadas. ¡69.129! Allá se pierde lo que acá falta.
No es solo en España, claro. La propia Amnistía Internacional lo señaló en un informe que tituló Doble dosis de desigualdad. Y la OMS también, por medio de Matshidiso Moeti, su directora para África: si ese continente no se vacuna, volveremos al principio de todo.
Es el mundo que nos tocó en suerte, dirán algunos. Es la economía, estúpido, dirán los otros, que se me antoja a mí son los responsables de todo este asunto que les ha hecho creer, a ellos mismos, que si el gran barco se hunde, no se hundirá con ellos.
Y no es solo una cuestión de vacunas: 100 empresas son responsables del 71 % de las emisiones de gas de efecto invernadero, el 1 % de la población (esos mismos que acaparan el 50% de las riquezas del mundo), contamina el doble que el 50 % de la población más pobre. Aún así, hay quienes creen que no necesitamos un cambio.