Se quedarán los abrazos virtuales

se-quedaran-los-abrazos-virtuales

Cualquiera sabe que la virtualización no comenzó en la pandemia y la cuarentena. Desde hace tiempos, cirujanos realizan operaciones a distancia, estudiantes adelantan estudios no presenciales, consumidores compran en línea o pagan servicios e impuestos. Sin embargo, en estos días, la virtualización se ha consolidado.

Lea además: El idioma infectado

Bastaría con que lo dijera madame Kalalú, la adivina de la canción de Rubén Blades, que nada adivina, para saber que este impulso tecnológico no se desaprovechará. La educación virtual en universidades y colegios seguirá sin que desmonten la modalidad presencial; las consultas médicas virtuales se mantendrán sin que desaparezcan las visitas al consultorio —en las que los médicos apenas si lo miran a uno y, entonces, parecen virtuales—.

Le sugerimos: Crece el contagio de temeridad y tontería

Tendrán que ponerse las pilas las manifestaciones culturales, como museos, por ejemplo, en esto de la realidad virtual, con programas diseñados específicamente para la red y curadurías elaboradas en el lenguaje de las tecnologías en línea. Es cierto que la experiencia de visitar una galería y estar en contacto, digamos, con una escultura, no es igual que por medio de una pantalla, pero ambas maneras brindan posibilidades distintas.

Por supuesto, no hablo en términos absolutos. Nadie ignora que no todo el mundo está conectado a la red. Esta ni siquiera llega a todas partes. No todo el mundo tiene computador ni aparatos inteligentes. La brecha tecnológica, más que brecha, es un abismo. Sin embargo, opino que se ha desarrollado esta forma de comunicarse y más personas, antes reacias, la han aceptado; las nuevas relaciones se quedarán y fortalecerán en el futuro próximo para convivir con las maneras tradicionales.

Siga leyendo: Ansiedad por dejar el encierro

Por John Saldarriaga
saldaletra@gmail.com


Compartir