Como en esta Semana Santa la gente no puede asistir a procesiones, bien podría aprovechar para leer sobre temas que los apasionan.
Además de la Biblia, pueden leer los Evangelios apócrifos, por ejemplo. No fueron incluidos en la Biblia porque los teólogos los consideran imprecisos. Son interesantes porque Jesucristo realiza más milagros y porque sus autores, Tomás, Pedro, Felipe, Santiago, María Magdalena, Nicodemo, se ocupan de aspectos poco tratados en el libro sagrado, como la infancia de Jesús.
El evangelio de Judas, publicado en 2006, se basa en papiros hallados a finales del siglo pasado. En él, Judas Iscariote no es traidor, sino que permitió la realización del plan divino.
« En la visión vi cómo los doce me apedreaban y me perseguían (tenazmente) (…). Vi una casa y mis ojos no pudieron calcular su medida. Y aquella casa tenía un jardín en la terraza, y en medio de la casa había una multitud diciendo: maestro, hazme entrar con tu gente»”.
La Vida de Jesús, de Ernest Renán, es para quienes gustan de la investigación y el análisis. Indaga la biografía del Nazareno, reconoce su grandeza y los valores siempre vigentes que enseñó e indica que Él “nunca pensó en hacerse pasar por la encarnación del propio Dios”.
En sus Crónicas, Tomás Carrasquilla comenta la “ Semana Santa” de su tiempo: “muy pocos quedamos en esta villa de la Candelaria. Unos se largan a las minas a sus estudios metalúrgicos; cogen otros el monte a cazar avecillas inocentes: los más emigran, como las golondrinas, hacia los ardores del Cauca o del Magdalena”.
Leer, el mejor plan de Semana Santa.
Por John Saldarriaga
saldaletra@gmail.com
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