La Tabla Periódica

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Dicen que los humanos estamos constituidos por tres cuartas partes de agua. De modo que, a un lado definiciones sublimes, no somos más que bolsas de agua, estanques ambulantes que corren el riesgo de desbordarse en cualquier esquina.

Pero no solo estamos llenos de agua, es decir, de esa maravillosa composición de moléculas de hidrógeno y oxígeno; en la bolsa también hay calcio, potasio, cloro, magnesio, fósforo —¿será por este que nos encendemos por cualquier cosa?—… Zinc, aluminio y hierro, como ciertas rocas respetables… Hasta titanio, el que usan en la elaboración de misiles y bicicletas. Azufre, selenio, cobalto, litio y más. En el cuerpo humano hay 60 de los 118 elementos de la Tabla Periódica.

La ONU declaró que 2019 es el año de esta herramienta. La colorida tablita, que los estudiantes compran en la papelería en forma de tarjeta o consultan en internet, es la organización de casi un centenar de elementos de la Naturaleza y otros sintetizados en laboratorio, por número atómico y otras propiedades. El hallazgo de tal organización se debe a Dmitri Mendeléyev, ruso nacido en 1834, caracterizado por sus barbas largas y grises como melenas epifitas que lo hacían lucir como un árbol viejo.

Útil para quienes la consultan para desarrollar fármacos, pintar la ropa de colores o fabricar abonos. Bella para los que nos asomamos a ella con la intuitiva curiosidad de quien mira el Universo por una ventana. La Tabla Periódica nos contiene a todos y a todo. Por eso, la celebración debe representar el anhelo de que entre los humanos llegue a haber más química alguna vez.


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