¿Indiferencia?

indiferencia

En los 200 años del natalicio de Charles Baudelaire, nos reunimos, en el Coloquio de los Libros de la emisora Radio Bolivariana, a valorar el aporte del poeta.

Alguien del grupo consideró absurdo reunirse a hablar de un literato mientras en el país se protesta contra una reforma tributaria planeada por vampiros, otra a la salud que hará impagable el acceso a los servicios y una tercera a las pensiones también inclemente.

Lo nuestro no es indiferencia, le dijimos. Nos mortifica todo eso. Sin embargo, el estudio de la literatura permite explorar la realidad por vías simbólicas. La poética de Baudelaire (1821-1867) bucea en la sordidez y el mal, el dolor y la muerte, sublimado todo con palabras escogidas y exactas que conducen a la perfección.

¿Qué otras cosas, sino sordidez, sufrimiento y muerte, constituyen la realidad colombiana, cuando la gente sufre y levanta su clamor? Por otra parte, Baudelaire no fue un indiferente. El autor de Las flores del mal participó con valentía en la Revolución Francesa de 1848, durante el reinado de Luis Felipe I de Francia, al lado de trabajadores y estudiantes. Revolución que protestaba por la mala situación económica del país y sus nefastas relaciones internacionales.

En tres días de febrero, a pesar de la represión del ejército que causó decenas de muertos y heridos, los manifestantes consiguieron la abdicación del Rey, la salida del jefe del Gobierno, la instauración de la República y la rebaja de la jornada laboral a 10 u 11 horas diarias.

Así, encontrarse para hablar de literatura en tiempos de indignación no es una muestra de indiferencia.

Por John Saldarriaga
saldaletra@gmail.com


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