Estas tartas en Medellín son un placer celestial

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Quién sabe en cuándo las cosas volverán a ser como antes o si volverán a ser como antes. Quiera Dios que algún día, pronto, nos volvamos a sentar a disfrutar de los restaurantes. Ver a Harry Sasson y a Leonor Espinosa promocionando sus domicilios es tan inaudito, como las calles de las principales ciudades del mundo vacías.

 

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La hospitalidad y la restauración son sectores resilientes por naturaleza, pero desde que recuerdo nunca habían pasado por una situación tan dura e inesperada. Los negocios se salvan gracias a la necesidad de la gente de darse gusto con la comida, al modelo de comunicaciones y tecnología que permiten las compras no presenciales y la solidaridad de gran parte de los clientes de los restaurantes empeñados en darles una mano.

Estos días me la he pasado leyendo de la evolución necesaria del sector gastronómico ante la crisis mundial, especialmente en la página especializada Barra de Ideas de España y creo que todo el que está en el negocio debería leerla para capacitarse ante lo que se viene.

Gracias a la tecnología hemos hecho varias reuniones virtuales con la barra de los tallas 38 para analizarla, con los tres que tienen restaurante. “Delivery y Take Out” son el nuevo modelo de la restauración para los años que se vienen en el mundo.

Los Azafrán, con dos chicos especialmente inquietos en la casa, hemos hecho todo lo posible por convertir esta experiencia en algo positivo. Los niños algún día agradecerán el haber tenido la oportunidad de compartir con sus papás tantas horas. Los papás de la misma manera daremos gracias por poder disfrutar su crecimiento y progreso como seres humanos.

Todo lo que pasa en la casa lo convertimos en pequeñas fiestas, como cada vez que llega una comida a domicilio, una o dos veces por semana, que nos sentamos a celebrar y agradecerle a la vida que podemos comer en familia. Y como seguramente diría Tulio mi gurú de recomendaciones gastronómicas, el domicilio que pedimos esta semana nos llevó en vuelo directo al cielo.

Un placer celestial desde donde se mire, que empezó con dos tartas preparadas con la perfección y elegancia francesas, de sabor exquisito, crujientes pero delicadas. Su autor: Malicia Delicatessen. OMG. Quedamos entre extasiados y descrestados, por su sabor, presentación y empaque.

No se de dónde se levantó mi flaca la información: @malicia_delicatessen el Instagram del negocio y @jrodriguezrios con la trayectoria de su creador y chef, que además me sirvieron para escribir esta nota ya que, la verdad, no los conocía.

Delicatessen es un término que hace referencia a la venta de exquisiteces, o con la venia de Molina que no aprueba el término “comida gourmet”. Un concepto que se puede resumir como puras y legítimas delicias, que Malicia, representa con lujo.

Las tartas, una de jamón, queso y champiñones y la otra de espinaca con queso y tomate, vinieron con pasteles de puerros con queso crema, tocineta con cheddar y manzanas con canela. El remate sublime para semejante banquete, fue una torta de muerte lenta con arequipe y dulce de moras que los enanos atacaron sin consideración alguna con sus papás.

Quedamos tan felices que ya nos apuntamos para las hamburguesas, la sangría de lichis y el postre Oreo con arequipe, a los que les haremos gran fiesta. Malicia Delicatessen pedidos por Whatsapp 3175161857. Formidable.

Por Efraín Azafrán
efrainazafran@gente.com


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