Una buena hamburguesa no necesita carne

Hace un par de meses, en un vuelo internacional, en medio de mis ronquidos de león, fui despertado a media noche por ladridos de perros; al principio no entendía lo que pasaba y hasta pensé que era parte de un sueño, pero me fui dando cuenta de que no había uno, sino varios, en la cabina de pasajeros, ocupando silla como cualquier turista.
Tuve tiempo para acordarme de cómo era volar hace años: muy buena comida, open bar como en cualquier hotel todo incluido y más de la mitad del avión fumando sin parar por lo que era imposible bajarse sin oler a cusca; en esa época, perros y gatos viajaban en la bodega, a merced del frío, la oscuridad y la soledad.
Hoy no se come casi nada, no hay carrito de licores ilimitados y nadie fuma por fortuna, pero su compañero de silla, puede ser un caniche como el pulgoso de mi casa con un pedigrí de chandoso puro, al que mis enanos y mi mujer quieren y contemplan más que a mí. Aunque no soy animalista extremo, me gustan las mascotas, tuve varios gatos y perros que recuerdo con inmenso cariño.
Esa noche, una vez más, me tuve que convencer de que vivíamos en otro mundo, en el que un perro mientras más callejero más fino, en el que las mascotas pasaron a ser parientes cercanos con apellido.
Varias de las amigas de mi mujer, duermen con su perro como Karia, vegetariana de oportunidad, que nos invitó con su santo esposo a conocer su restaurante favorito, Lenteja Express, con la disculpa de juntar a su amada Canela con Peluche, el pulgoso Azafrán, a cumplir esta especie de cita a ciegas canina.
Llevarme a mí, troglodita carnívoro absoluto, a un restaurante vegetariano, lo llegué a considerar como una afrenta contra mi dignidad estomacal, pero, OMG, voy a tener que reconocerlo, el paseo con todo y los enamorados de 4 patas, resultó formidable, sobre todo por la comida tan rica.
Emulando las palabras de Tulio, mi gurú recomendador: subí al cielo con cada bocado en medio de un éxtasis indescriptible… en fin, fue un almuerzo rico de principio a fin, en el que entendí por qué esta comida cada día suma más adeptos en el mundo. Por algo Mc Donalds abrió en 2.012 su primer local para veganos y vegetarianos en la India con gran aceptación.
Y si las nuevas tendencias vegetarianas cada día se imponen más, aquello del Pet Friendly ya ocupó un espacio importantísimo en el nuevo modelo de mercadeo de la hospitalidad. Muchos restaurantes hoy avisan sus especialidades para mascotas, con guarderías, galletas y hasta helados, lo que despierta gran simpatía entre sus dueños. De ahí la tremenda acogida entre millennials y nuevas generaciones y del mismo modo y no en sentido contrario, el rechazo que causan aquellos en donde no son bienvenidos, algo que puede viralizarse en las redes.
Lenteja Express, me encantó. Me acordó de las lentejas que hacían en mi casa y de la horchata de Xochimilco, que fueron mi selección, pero le robé un poquito de todo a los compañeros de mesa para probar, ya que en mi cabeza no existía la posibilidad de que se pudiera hacer una hamburguesa buena sin carne de vaca mugiente, o un perro caliente sin salchicha o un burrito sin carnitas, pero sí se pudo y con todos los juguetes, porque no solo me fascinó todo, sino que no dudé un instante en recomendarlo en estas notas y por supuesto en volver.
Ni qué decir de los enanos, felices por encontrar un sitio en donde peluche es tan bien atendido como su papá, porque según ellos yo soy su papá, el de Peluche, a mí me va a dar algo. @lentejaexpress.
Por Efraín Azafrán
efrainazafran@gente.com