Amo los negocios auténticos y estoy convencido de que el mundo culinario es para los creadores, innovadores y genios dedicados a descubrir nuevas alternativas de placer con los sabores, como el de la nota de hoy.
Un negocio de un personaje que conocía por referencias culinarias, porque me consta que pertenece a una familia que come como los dioses; muchas veces, aunque él no sabe quién soy yo (amo esta frase), cuando estaba en el colegio pude comer donde su tía María Elena los mejores fríjoles que recuerde.
Tuve la fortuna de comer paella en Valencia, donde nació. Probé la que se considera la original con pollo, conejo, alcachofa, judías y azafrán. Como todas las recetas que se dispersan por el mundo, hay versiones distintas por todas partes, siendo mis favoritas la negra en tinta de calamar y la de mariscos con chorizo y costilla de cerdo.
Entre otras cosas, en estos días vi cómo tumbaron Las 4 Estaciones, un restaurante español que hizo historia en El Poblado gracias a sus paellas, tapas y profiteroles.
Trabajando en Madrid descubrí que en España se les llaman arroces caldosos y melosos, que a pesar de su “socarrat”, cucayo en costeño o pegao en antioqueño, son aguadas, casi como una sopa de arroz espesa. Una noche después de salir de la zarzuela La del manojo de rosas, el embajador plenipotenciario de Colombia en España me invitó a la Arrocería Gala, donde después de una larga fila me comí la que resultó la más rica que he probado en mi vida, que añoro en mis sueños eternos de glotón irremediable.
En Medellín tenemos paellas desde que me acuerdo, en general muy ricas, pero varias de las que más me han gustado fueron preparadas por el chef Juan David Penagos, que se convirtió en maestro paellero, un arte culinario nada fácil.
El chef Penagos se inventó una propuesta tan original como deliciosa llamada Paella Snack’s, en pleno parque de El Poblado, en la acera opuesta de la iglesia, con una fusión hispano-mexicana-colombiana, detrás de la cual, de 11 de la mañana a 10 de la noche hay constantemente cantidades alarmantes de turistas fascinados con sus tacos de paella a menos de un dólar, servidos en segundos.
Con la barra de los insaciables “talla 38” hace unas semanas no nos aguantamos la curiosidad y terminamos allí probando toda clase de exquisiteces, de la mano de un genio loco muy cuerdo, con sabores estupendos y precios más que razonables.
Tacos y burros rellenos de paella, conitos de patacón con paella y como si fuera poco, platos de paella apenas a $ 11.900 en porciones más que generosas.
Valenciana de carnes con pollo, costilla, pierna, chorizo, tocineta y chorizo español, marinera con mariscos y vegana que parece ser una de las favoritas de los monos y monas ojiverdes de chanclas y bermudas que nos invadieron desde que somos la ciudad de moda para los turistas. Negocios auténticos como este son los que añoramos los amantes del buen comer.
Información y domicilios en los teléfonos 311 6309559 y 304 6331044. Chef Penagos, mis respetos, sos un genio
Por Efraín Azafrán
efrainazafran@gente.com
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