Esta mañana viendo a los chicos mientras nos tomábamos el primer café del día, nos aterramos de ver cómo han crecido. Mi partner de mecateada cada día se me parece más a mí, con sus 11 abriles, y la chiqui es fiel copia de su mamá, con sus ojos dulces, su carácter heredado y sonrisa matadora. Ya van 4 años desde que volvimos del exterior, cada día más enamorados de nuestra ciudad.
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Como he contado, no perdonamos fin de semana para puebliar o recorrer a Medellín. La semana pasada, aprovechando los últimos días libres antes de la terrible virtualidad escolar, nos fuimos al hueco con las cuñaditas, un programazo. La flaca y sus dos hermanas que hablan hasta dormidas, se mueven como pez en el agua por este laberinto alrededor de la estación San Antonio. Un paraíso para glotones con carritos, caspetes y puestos ambulantes donde se alegra la vida con los sabores callejeros. Amo los olores del centro a fritanga y salpicón y me encanta conversar con los héroes del copito de nieve y las solteritas.
Buscando un almacén en Gran Plaza, en el Parque de las Luces, al salir del ascensor del tercer piso nos encontramos de frente a Happy, un perrito encantador pintado en una puerta de vidrio, del que mi chiquitolina se enamoró de inmediato. Descubrimos que es la mascota de Happy Sabor, Sánduches y Arroces, el protagonista de esta nota. Un sitio estupendo lleno de sabores colombianos y latinos, metidos entre panes artesanales ricos, o en arroces con la técnica de los asiáticos al wok.
Los sánduches, inmensos, tan creativos como exquisitos, son de chicharrón crocante y tierno al estilo de los modernos, chicharrón paisa “sequito” que explota en la boca, carne desmechada con una bbq latinizada deli, filete de pescado frito del otro mundo o pechuga de pollo acaramelada, de locos. OMG, además llevan picadillo criollo que es como un pico de gallo apaisado, yuca sudada o tajadas de maduro y una salsa de suero costeño delirante.
Pedimos además tres arroces estupendos, con chorizo y trocitos de cerdo, con camarones y con paticas de chicharrón, de pura gula como diría mi mamá, porque además las porciones son muy abundantes, tanto que sobró para la comida (y eso que las cuñadas cuando comen invitadas no se miden). Los platos vienen con leche, guandolo o gaseosa.
Llenos de emoción los chiquis pidieron dos sánduches para llevarles a sus abuelos, que nos entregaron en dos cajitas hermosas. Las niñas que nos atendieron queridísimas les preguntaron si teníamos mascota y nos regalaron dos galletas para peluche, el can Azafrán. Sobra decir que ya tenemos programado el pedido a Happy Sabor para este finde porque supimos que tienen domicilios en el 301 3270042. Están en Gran Plaza en el centro y en el Mall Suramérica, entre Itagüí y La Estrella. Qué maravilla estos negocios nuevos auténticos que promueven nuestra cocina. Quedamos requete happy.
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Por Efraín Azafrán
efrainazafran@gente.com
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