Cada día mejora la oferta gastronómica a domicilio

Declaro mi admiración por los niños, su resiliencia y capacidad de adaptación ante las inéditas circunstancias que aquejan a la humanidad.
Son los más perjudicados al ver reducidos sus espacios al mínimo, la imposibilidad de estar con sus amigos, compañeros de colegio, obligados a cambiar sus hábitos. Algunas familias como los Azafrán lo hemos asumido como la posibilidad de estar juntos, sin embargo, nos duele en el alma cuando empiezan a hacernos preguntas y siento que el miedo los invade, ante la exposición inevitable a las noticias, por lo que con la flaca estamos haciendo una campaña para aislarnos de la información, por cierto, cada vez más preocupante.
La semana pasada decidimos armar un camping, y nos equipamos con sleeping bag, carpas, vestidos de baño y todo lo necesario para un fin de semana de aventuras, en la sala de la casa.
El programa resultó súper divertido ya que delegamos en los enanos toda la organización y programación. Lo mejor de todo, además de jugar chucha cogida, escondidijos, estatua y mímica, fue el plan gastronómico inventado por ellos, para pedir domicilios a su gusto, algo felizmente contraindicado por la dietista, que resultó formidable.
El primer pedido que le tocó a la chiquita de la casa fue a Crispetas Lucía (311 713 4719), de donde nos mandaron dos bolsas descomunales de crispetas de sal y de dulce que le hicieron honor a su fama. Crocantes, en el punto exacto de sal y azúcar. Mejores que las de cine, fue la conclusión familiar, que además siguieron ricas todo el puente. Lucía eres una genio.
El turno del primogénito, con los mismos gustos del papá, fue para pedir morcilla y tamales, lo que me hizo henchir de orgullo al ver su amor por los sabores criollos por encima de la fast food. Aun no me explico cómo se las arreglo para lograr que la famosa Deyanira del alto de Las Palmas nos despachara sus exquisiteces, ya que es bien sabido que los pedidos se tienen que hacer con muchos días de anticipación. Tengo que expresar toda mi admiración por esta señora por su sazón sin igual que la convirtió en la favorita de chefs y sibaritas que se pelean por apuntarse en la lista de despachos. Llámela con mucho tiempo al 312 6526759.
Luego la chiqui, influenciada por su mamá sin duda, se decidió por un surtido de Taco y Sabrina, con chocolates blancos de menta con Oreo y pimienta rosada, tan ricos o mejores que los célebres ingleses, café Waalay 100% paisa de muerte lenta, miel de abejas pura, salsas de ajo y jengibre y legítima vainilla con la que nos hicieron creme brulee a los hombres de la casa que pasamos la tarde mirando insectos con un microscopio. Taco y Sabrina se especializa en vajillas de peltre y concreto y algunas delicatesen formidables. Llámelos al 314 882 8241.
Mi primogénito “parcero” y yo no nos quedamos atrás y escudriñamos las redes hasta encontrar algo que nos enloqueciera de emoción. Así dimos con Bakeat (314 791 0777), difícil encontrar tantas delicias juntas. Nos decidimos por una torta impresionante, brownie cake que como bien decía en la caja: “contiene un pedazo del cielo”. Una repostería sin igual, hecha como para mí ya que son los reyes de los postres con arequipe.
Debo reconocer que el remate de la chiqui fue sublime con paletas de frutas, arequipe, capuchino, Nutella, maní, chocolate de Tropica Ice Cream (314 811 9764) que nos devolvieron en el tiempo a Gelato per tutti en Melrose avenue. Nada que envidiarle a esta leyenda de los helados.
Si algo hemos comprobado en el encierro, es que cada día mejora la oferta en Medellín, qué rico.
Por Efraín Azafrán
efrainazafran@gente.com