Adopte un cafeto y ayude a los campesinos Santa Bárbara

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El café, después del agua, la segunda bebida más consumida en el mundo, con sabor a recuerdos y amores, inspiración de poetas y escritores como Borges, Proust y Gabo, es el protagonista de esta historia nacida en cuarentena, en las montañas de Antioquia donde se cultivan varios de los mejores granos del país.

Nada me hace más feliz que ver a mi flaca cada mañana, cuando abre los ojos y me mira como ese primer amanecer frío en Londres, cuando nos fuimos a vivir juntos.

No sé cómo ha hecho pero cada día está más linda, debe ser que tengo buena mano. Cuando se despierta le tengo su café listo, pues compartimos la pasión por esa primera taza del día, cuando conversamos de lo que cada uno va a hacer.

El café tiene las virtudes de alegrar la vida, ser fuente de inspiración, alentar los sentidos y estimular la imaginación. Por eso cuando supe que le podía regalar un árbol de café para el cumple, no lo dudé.

Ha gozado tanto con la cuelga, que lo escogimos como aguinaldo oficial de los Azafrán para la familia y los amigos que tenemos aquí y en tantos países en los que vivimos hace años.

Gracias a Google, resumo lo que encontré para hacer esta nota: su historia, se remonta al siglo IX. El origen se atribuye a los etíopes que descubrieron su efecto energizante y estimulante. Fue propagado a Egipto, Yemen y Arabia en donde los granos fueron tostados y molidos por primera vez.

Para el siglo XVI, se empezó a expandir por el resto del planeta. En Colombia lleva alrededor de 300 años desde que los jesuitas lo trajeron en el siglo XVIII. En 1835 se exportaron los primeros sacos. En 1927 se crea la Federación Nacional de Cafeteros, en el 59 nace el personaje de Juan Valdez y en el 84 se crea el sello Café de Colombia.

La nota de hoy nació tomando tintico con los del combo talla 38, cuando le oí decir a un amigo que había adoptado un árbol de café. En resumidas cuentas, nos contó que unos cultivadores de Santa Bárbara montaron todo un programa de adopción de cafetos para sobrellevar la pandemia: www.colombiacoffeetree.com, con el cual se apoyan proyectos sociales y ambientales de varias familias campesinas.

Como faltaban unos días para el cumple de mi amor, no lo dudé un segundo y ese mismo día, adopté uno a su nombre. Su cara de asombro y emoción pagaron con creces mi pequeña inversión en su felicidad. En minutos ya había programado visita a conocerlo y contemplarlo a la hacienda Portugal en Santa Bárbara.

Lo bautizó “alegría”. A los días le llegó un informe con foto del estado del árbol, acompañado con información e historias de la cultura cafetera y la promesa de que nos llegará a la casa toda la producción de granos, tostados, una vez sean recogidos.

En fin, gran revuelo en la familia Azafrán en donde ya somos papá y mamá, los dos enanos, Peluche y Alegría. Pero lo mejor pasó a la mañana siguiente del cumple cuando al abrir sus ojos, con esa mirada que mata me dijo: “la felicidad es un café contigo”.

Este año regale con sentido común: Colombiacoffeetree en el 321 847 0546.

Por Efraín Azafrán
efrainazafran@gente.com


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