Conocí el Jardín Latino la semana pasada con la barra de los glotones talla 38, en nuestra salida mensual y me quedé enamorado del sito, por su ambiente fresco lleno de verde, el grupo de restaurantes y negocios de comida deliciosa donde se respira un ambiente formidable, atendido por gente linda, preparada para que todo el mundo pase rico.
Entrando por la 10 en el edificio en que funcionó la colegiatura, el Jardín Latino se convirtió en la puerta de entrada de Manila, un barrio referente gastronómico de Medellín. En el primer piso, se encuentra una especie de bulevar muy al estilo San Francisco, con mesas al aire libre en donde pululan los extranjeros de bermudas, algo cada día más normal en nuestra ciudad cosmopolita. Un sitio perfecto para un almuerzo rápido o ir de tiro largo a tardear y quedarse.
De curiosos nos dio por recorrer el sitio y quedamos descrestados con los dos salones inmensos de billar en el último piso, que se volvió un espacio de encuentro para apasionados del rey de los deportes de precisión.
Como éramos un grupo grande y hambreado, nos partimos para pedir en varios sitios y probar de todo. Así fue como la flaca y yo terminamos en Hello Burger, una hamburguesería bastante peculiar ya que su dueño es un chef francés, Monsieur Pierre Philippe, al que todos llaman cariñosamente Pepe, dedicado a preparar hamburguesas, el más clásico de los americanos.
El galo simpatiquísimo, se enamoró de Medellín, los sabores latinos, los alimentos y productos del campo colombiano, que promueve con más orgullo que cualquier cocinero local. A la final la oferta de Hello, es algo así como una creación francocolomboamericana con toques mexicanos y latinos. Prolija dirían los argentinos, oh la la, los francófonos, formidable dijimos todos. El éxito fue tal que al sábado siguiente nos encontramos donde Pepe, pero ya con los hijos de todos, una locura total.
Pepe nos atendió con toda su paciencia y amabilidad de anfitrión profesional, entre los gritos de los niños pidiendo al tiempo, las preguntas impertinentes de las señoras, los pedidos y exigencias de los cismáticos. Las 24 hamburguesas del grupo llegaron impecables y deliciosas, en menos de lo que canta un gallo: la Cheese Burger clásica del otro mundo fue la más pedida, seguida de la Bacon Blue Cheese Burger, la Little French Girl con gruyere y cebolla caramelizada, la So chick de pollo crispy con cebolla encurtida y guacamole y la Vurger que se comieron las gallinas fit bilingües amigas de mi mujer, en pan integral, con falafel y rúgula, OMG, para su dieta.
La carta da la opción de que cada uno arme la hamburguesa a su gusto, pero por obvias razones lo dejamos para la próxima. Las papas, auténticas francesas son cuento aparte, delirantes.
A todas estas, gracias a las preguntas de las impertinentes, nos enteramos de que el chef Pepe hace unos 4 años se vino a Medellín con su esposa, que se enamoraron tanto de nuestra ciudad que decidieron establecerse aquí, que tienen un par de mellizas pelicandelas muy paisas de dos años, que su mujer también francesa se llama Jessica, que viven plenamente felices en Medellín y que de momento no se piensan devolver.
Menos mal, Pepe no sabe quién soy yo, porque estas señoras tan preguntonas me dejaron con mucha pena, pero bueno, todo sea para escribir sobre esta hamburguesería de primera, con chef francés a bordo. “Quiero que la cocina sea un arte que esté al alcance de todos y he encontrado en las hamburguesas una manera perfecta para hacerlo”. Dice Pepe en la carta de Hello Burger. Carrera 43D #10-77. Teléfono: 4796171. Chapeau Pepe.
Por Efraín Azafrán
efrainazafran@gente.com
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