Un espacio en El Poblado para homenajear al maíz

Probablemente las más bellas descripciones que se hicieran sobre nuestra tierra las hizo el célebre GGG, Gregorio Gutiérrez González en su obra: “Memoria científica sobre el cultivo del maíz en Antioquia”. De sus escritos, se me quedó grabado este fragmento que hizo en homenaje al maíz, que llevo en el alma y que reviví y le repetí a los enanos varias veces en la visita que dio pie para escribir esta nota:
¡Salve, segunda trinidad bendita!,
¡Salve, frisoles, mazamorra, arepa!
Con nombraros no más se siente hambre. «¡No muera yo sin que otra vez os vea!»
Casa La Bendición, “la casa del maíz”, fue un descubrimiento de esos que lo enamoran a uno a primera vista. Un espacio mágico en donde se come, se agradece a la vida y se hincha el corazón de orgullo por las maravillas de nuestra tierra antioqueña.
Esta gente con lujo de detalles se impuso la misión de crear un espacio para homenajear el maíz, el alimento más sagrado de la mesa paisa y lo logró, no solo por su ambiente acogedor, de sobrado buen gusto, si no por sus platos, que le dieron la dignidad tan merecida a los sabores que llevamos en el alma.
Que rico que alguien pensó en reconocer el valor de aquello, que pareciendo lo más humilde y sencillo, es a la final lo más importante de nuestra cocina. Eso que tenemos para mostrarle al mundo con la frente en alto. Los sabores con que crecimos, que nos devuelven a los mejores años de la vida, al campo y las temporadas de vacaciones, que evocan a los que tanto quisimos y nos dejaron, pero nos sembraron en el alma el amor por las arepas caseras, el quesito, el chocolate, la aguapanela, los chorizos, la morcilla, la cuajada, el bocadillo, el salpicón y tantas otras delicias que en esta casa alcanzaron la categoría de exquisiteces, conservando la esencia y respetando cientos de años de tradición. Viva Antioquia Imperial y Maicera, como dice mi amigo Guille con el corazón henchido.
No encuentro otras palabras para decirle a La Bendición: gracias por ser así. Por mostrarle al mundo con tanto talento culinario, aquello que nos hizo felices desde chiquitos, por homenajear la comida del diario y los sabores montañeros, a mucho honor, con tanta altura y maestría.
El sitio espectacular queda en Provenza Carrera 36 # 8A 53. Si va no deje de pedir el queso asado, las arepas de mote y maíz sancochado, los chorizos y el salpicón. Reservas en el 573172276562. «¡No muera yo sin que otra vez os vea!».
Por Efraín Azafrán
efrainazafran@gente.com