A propósito de las pataletas

• Constituyen una forma de protesta física de aparición frecuente en la niñez, caracterizada por episodios de ira en los cuales el niño se tira al suelo, patalea y grita, situación esta desencadenada usualmente por una frustración.

• Estos comportamientos ocurren en los niños y niñas entre los 18 meses y los tres años de edad, etapa que corresponde a un creciente desarrollo de la autonomía por parte de estos.

• Se considera por parte de los expertos como un hito normal del desarrollo.

• Una manera inteligente de afrontar las pataletas simples por parte de los padres consiste en mantener la calma, ignorando esta conducta y estableciendo un diálogo con el niño o la niña sólo al final del episodio, cuando ellos estarán en capacidad y actitud de escucharnos.

• Durante el episodio de la pataleta se debe evitar el regañar aconsejar y dar explicaciones a los niños y niñas. El momento ideal para ello como se anotó, será cuando la pataleta haya cesado y el niño o la niña se encuentren ya tranquilos.

• Cuando el niño o la niña durante la rabieta alcanzan altos niveles de agresión o estas se presentan en forma repetitiva y prolongada, ameritan un manejo más individualizado, en muchas ocasiones con la ayuda de un profesional.

• Cuando el episodio de rabieta ocurre en un sitio público como el supermercado o la calle es aconsejable trasladar a quien la padece a un sitio más privado, evitando a toda costa ceder a sus caprichos, a pesar de la presión social que ello implica.

• En la génesis de las pataletas contribuyen con frecuencia la aplicación de pautas de crianza inconsistentes que confunden al niño y favorecen la aparición de comportamientos explosivos por parte de estos.

• Los padres no deben perder el control en ningún momento de dicho episodio.  Es necesario tener muy presente que en esta como en tantas situaciones de la crianza el ejemplo es determinante  y que como lo afirmó sabiamente el escritor Andrés Gide:

• “La verdadera fuerza se expresa en la calma con que se obra”.

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  Por:  Juan Fernando Gómez Ramírez

  Pediatra y puericultor, Corporación Cariño