El niño difícil

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A propósito del niño y la niña con temperamento difícil, ¿Sabía usted que…?

Juan Fernando Gómez Ramírez

Pediatra y Puericultor

comunicaciones@corporacioncarino.org

 

 

Definitivamente hay niños y niñas fáciles de criar y otros que son difíciles de criar. La frecuencia de esta última condición oscila entre un 8 y un 18% de acuerdo con diferentes estudios.

El temperamento es el estilo de comportamiento natural de cada individuo, que se manifiesta desde el periodo del recién nacido y parece tener un factor genético involucrado en su determinación.

Las expresiones más frecuentes de temperamento difícil son: pataletas persistentes, agresión, hiperactividad, timidez, resistencia para comer o para irse a dormir y baja tolerancia a la frustración, entre otras.

Los niños y niñas con temperamento difícil requieren enfoques de crianza diferentes a los de temperamento fácil, que implican una necesaria creatividad y dedicación especial por parte de los padres y cuidadores.

Entre los elementos preventivos por parte de los padres estarían el evitar la expresión de sentimientos de culpa en aquellos que no pueden pasar tiempo suficiente con sus hijos.  Evitar el exceso de indulgencia y de sumisión traducido en la satisfacción inmediata de todos los deseos de los hijos.

El principio fundamental de la aproximación hacia los niños y niñas difíciles amerita su reconocimiento como personas plenas y dignas, que necesitan sentirse amadas, además de competentes y capaces, para fortalecer el necesario nivel de autoestima como insumo de su tratamiento.

 En el afrontamiento de este importante problema familiar se invocan por parte de los expertos, elementos tendientes a la instauración de límites y normas disciplinarias en un contexto de serenidad y firmeza, utilizando con frecuencia refuerzos y modelos positivos.

La promoción para la instauración del autocontrol es uno de los objetivos primordiales del manejo de esta tensión de la crianza, mediante el uso de guías anticipatorias que permitan un enfoque proactivo frente a situaciones problemáticas, como “contar hasta diez y hablar y no golpear”?

Todo lo anterior debemos hacerlo en el contexto de la sabia reflexión de TB Brazelton cuando afirma que:

“después del amor la disciplina es el mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos”

 

 

 

 


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