Aprender a vivir

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Es el título de una obra escrita por José Antonio Marina, filósofo y pedagogo español de alto reconocimiento. De su contenido compartiremos con nuestros lectores algunas importantes reflexiones:

  • Conviene recuperar el asombro, la alegría y el ánimo ante un niño que nace, y al que vamos a acompañar en su desarrollo.
  • Si queremos enseñar a vivir, lo primero que tenemos que conseguir es aumentar los recursos personales y los recursos sociales.
  • Una buena vida consiste en la consecución de tres grandes metas, en la conquista de tres grandes bienes: la salud, la felicidad y la dignidad.
  • El individuo edifica la sociedad que, a su vez, construye al individuo.  Es difícil decidir si el pájaro mueve las alas o las alas mueven al pájaro.
  • El niño puede enseñarnos a ser adultos, incitándonos desde su desvalimiento a una profunda y pacífica revolución.
  • Afortunadamente, el provenir de un niño no depende de una sola influencia; no olvidemos el proverbio africano: para educar a un niño hace falta la tribu entera.
  • El objetivo de un niño no es convertirse en un adulto de éxito, del mismo modo que el objetivo de un prisionero no es convertirse en un buen guardián. El objetivo de un niño es convertirse en un niño que tenga éxito.
  • Es necesario aprender a ser libre y este aprendizaje supone un previo dominio de las propias capacidades.
  • El proceso educativo tratará de suplir con hábitos lo que el temperamento no facilita. Los hábitos son el gran recurso educativo.
  • Un antiguo poema japonés dice algo que debería conmovernos a todos los educadores:

¿Me preguntáis cuál es la suprema felicidad aquí abajo?

Escuchar la canción de una niña que se aleja después de haberos preguntado el camino

Fuente: Marina, José Antonio.  Aprender a vivir. 5ª.ed. Ariel. Barcelona.2005


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